Coquetea. Mira al de aquí, al de más allá. Se menea. Mantiene en vilo gestos a la vasta audiencia. Todos la desean, pero ella no se entrega porque sí. Elige bien su compañía. Si duda demasiado, el cara o cruz es un buen recurso.
Así funciona la vida, como una apuesta diaria. Podría haber elegido a cualquiera. Finalmente, la diosa Fortuna eligió a dos jóvenes, uno de Ucrania y el otro de Bolivia, para darles el primer y segundo premio, respectivamente, en el Concurso Internacional de Piano de Tucumán, cuyo broche de oro tuvo lugar el lunes al mediodía en el Salón Dorado del Teatro Colón.
“Fue una gran experiencia y muy feliz de haber obtenido este primer premio, llegar a las tres rondas en Tucumán y tocar en este hermoso salón”, dice feliz Dmytro Choni (nació en 1993), que en su Kiev natal comenzó a travesear el teclado a los cuatro años. El ganador se llevó los U$S 6.000 del premio mayor, a los que sumó U$S 1.000 por su interpretación de una obra de Alberto Ginastera, en homenaje al centenario del nacimiento del compositor argentino.
- ¿Cómo imaginabas Tucumán?
- No me sonaba Tucumán, pensé que iba a ser una ciudad más grande…
- ¿La música te viene por influencia de tus padres?
- No, pero mi mamá nos hizo estudiar música. Quería que yo tocara el violín… Todos los chicos de mi familia estudiaron piano.
- Tu versión de la Suite de Danzas Criollas ha sido impactante. ¿De qué te habla la música de Ginastera?
- Aprendí esta pieza como obra obligatoria. Empecé a estudiarla a principios de octubre y me enamoró, es una gran composición, en los momentos rápidos tiene una gran energía y alterna con momentos líricos; me encanta y la voy a incluir en mi repertorio. Me voy a presentar próximamente en el concurso Busoni, en Italia, y me piden como obra impuesta una del siglo XXI. He elegido la Toccata Newén, de Esteban Benzecry, o sea que ahora tengo dos compositores argentinos para interpretar.
- ¿Qué compositores te gusta tocar?
- Prokofiev, Schumann, Beethoven y Scriabin, por el momento.
“He aprendido mucho”
Desde que nació en Cochabamba en 1991, la música lo ha llevado de la mano por la vida. “He vivido muy naturalmente este tipo de actividades, estoy acostumbrado a estos certámenes y ha sido una alegría participar en éste, conocer gente muy linda y de la que he aprendido mucho. No conocía Tucumán”, dice Escalera Soria.
El músico obtuvo el segundo puesto en el concurso coorganizado por la Universidad San Pablo T y el Ente Cultural de la Provincia, con el apoyo de la Caja Popular de Ahorros, y recibió U$S 4.000 de premio.
- ¿Te formaste en Bolivia?
- Estudié en Bolivia con una gran profesora rusa que ya no vive más allí, pero que influyó mucho en mi parte formativa desde niño. Y así a los 16 años tuve mucha suerte y, a través de becas, conseguí las puertas para salir a estudiar y a perfeccionarme, tanto en Europa como en Estados Unidos. Ya son varios años que estoy afuera.
- ¿Cuál es tu máxima aspiración con la música?
- Bueno, la música es mi vida obviamente, pero es quizás la parte audible de mi vida, porque tengo muchos otros proyectos. Vengo a la Argentina no sólo a tocar sino a visitar a grandes amigos. Me emociona compartir lo mío, así como absorber y aprender. Mis aspiraciones van en esa onda, no sólo en conseguir éxitos personales, sino logros a nivel colectivo, esto lo hago aquí en Europa o en Bolivia.
- ¿Volvés a Bolivia a tocar?
- Sí, más regularmente en este momento.
- ¿Interpretás folclore de tu país?
- Muchísimo, es inseparable. Toco varios ritmos, hay muchos compositores del siglo XIX y del XX, como Manuel Rodríguez, compositor de ritmos tradicionales, e hice arreglos de melodías tradicionales de Bolivia.
- ¿Qué compositor te gustaría tocar todos los días?
- Disfruto con Manuel de Falla, con Chopin, que en esta época de mi vida es muy importante. En otro momento, me interesaban más Beethoven o Stravinsky o compositores latinoamericanos como Ginastera o Villa-Lobos.
- ¿La música contemporánea te atrapa? ¿Stockhausen, Elliot Carter?
- Muchísimo. Hay que desacralizar muchos mitos que existen en torno a la música contemporánea, como que es inaccesible o que con el quiebre del tonalismo ya no es posible hacer música clásica, pero al mismo tiempo son contemporáneos Carter o Stockhausen. Creo que contemporánea es la gente que está haciendo música importante en este momento y nosotros mismos. Me gusta mucho improvisar y empecé a componer un poco. Entonces mi interés está en esa música de hoy.